lunes, 6 de julio de 2009

Primer zarpazo, la fuga de Armstrong

Armstrong atacó y Contador perdió. El estadounidense puso la estrategia y mañana puede convertise en líder general.
Por: Andrés Achury


Hace unos días nombré a la edición de la grande boucle como el Tour de la suspicacia. Hoy, en su tercera etapa, se presentó la primera entrega de lo que será una inacabable seguidilla de triunfos robados y polémicas que se encargarán de dar condimento a la carrera ciclística más importante del mundo. A menos de 50 kilometros para la llegada, en una etapa plana, el grupo mayoritario se partió en dos y fue el equipo Columbia del sprinter Mark Cavendish el encargado de alargar las diferencias. Al tratar de responder al estirón, Astana también se partió en dos y el gran beneficiado de la jornada fue el múltiple campeón del Tour, Lance Armstrong, que llevo consigo a Popovych y Zubeldia como fieles escuderos.

¿Y dónde estaba Alberto Contador en ese momento? El español, gran favorito, se quedo cortado en medio del pelotón, en una pésima ubicación para el momento de la fuga de Columbia. Muchos medios en España hablan de una estrategia para descabezar a Contador dentro del equipo más poderoso del Tour, ¿lo es en verdad? La estrategia de carrera del español jamás contó con un seguimiento a la rueda del líder de la general, Cancellara, por lo que fue imposible que pudiera reaccionar al embate de sus coequiperos, que sí fueron detrás del maillot jaune y del equipo Columbia. Para algunos fue una traición, para otros como un servidor el ataque del día fue fruto de una estrategia en el momento y el lugar indicado: hoy Armstrong hizo valer la experiencia de sus siete Tour y dejó completamente parado a Contador. Armstrong ganó la primera batalla, despertó la primera suspicacia en un deporte de estrategia y puso una diferencia de 41 segundos en la clasificación general con el español.

Tampoco hay que hablar de un conspiración o una traición, pues para ella, todos los implicados en jalar la fuga de Columbia tendrían que estar involucrados. La situación es clara, Armstrong es tercero de la general, el mejor del Astana ad portas de una contrarreloj por equipos el día martes. Una victoria de la escuadra de los favoritos dejaría con la camiseta amarilla al hombre de Texas en la primera semana: hoy Armstrong jugó pensando en mañana, y nos hizo presagiar lo que será una batalla en la que el mejor estratega será el vencedor.

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