lunes, 6 de julio de 2009
Radiografía colombiana
Triunfos lejanos como el 5-0 nos dejan ver el lado más oscuro de nuestro fútbol. Colombia, cada vez más lejos de los sueños de gloria.
Por: Andrés Achury
Colombia, tierra querida...muchos colombianos, como un servidor, amamos la tierra que nos vio nacer por esa belleza irreprochable que guarda entre sus montañas y mares. Su historia nos hace amar el café, las mujeres hermosas y la habilidad del Pibe en el mismísimo monumental en la noche de septiembre de 1993 cuando se consiguió la victoria más inobjetable de nuestra selección. Hoy, las mujeres y el café siguen siendo motivo de orgullo para 44 millones de personas, pero ¿qué pasó con el fútbol? El deporte rey en Colombia es un elemento que hoy más que nunca provoca en cada colombiano una sensación amarga, incompleta...de pocos triunfos y de varias decepciones.
Para nadie es un secreto que el mundo entero recuerda aquella selección que incluso Pelé predestinó sería campeona del mundo en 1994: la del toque exquisito y la perfecta definición, la que en Argentina lució implacable en el 5-0...hoy los recuerdos de esa selección parecen ser lejanos, y el nivel de los nuestros en el balompié ha tenido el mismo destino que aquella escuadra: inflados por la crítica hemos aterrizado de bruces contra el suelo y enfrentado dolorosos fracasos. Ahora incluso vemos que las consecuencias de la violencia también afectan al fútbol: los vándalos en las tribunas que amenazan técnicos, como a Rubén Israel, que salió de Santa Fe la semana pasada por amenazas de muerte; o se matan entre ellos mismos en riñas por el poder en las barras bravas. Colombia muestra poco en el campo de juego y parece ser que hoy, en lo extrafutbolístico, tiene su ventana más grande.
¿Qué pasa? El nivel de nuestro fútbol nos puede dar una visión del lamentable presente. Las "grandes" nóminas de jugadores, como la de Millonarios y Nacional en el 2009, han fracasado rotundamente porque el fútbol colombiano se está haciendo viejo, sigue actuando con la filosofía de los grandes nombres y ha abandonado los rubros de la estrategia o la planeación: mal de muchos en el mundo, consuelo de pocos. Muchas personas me han comentado ver en Colombia una falta de personalidad en el juego, a lo que puedo responder diciéndoles que simplemente no hay personalidad sin un equipo que sea capaz de demostrarla en el campo de juego: ni a nivel de clubes, ni en lo que concierne a la selección nacional. Por ejemplo, la falta de definición, que es el problema más grande de la selección Colombia en la presente eliminatoria mundialista; es el resultado de años y años de procesos mediocres que no confiaron en el nivel de los jugadores sin antes ponerlos en la balanza de los intereses particulares: para la muestra la incursión infructuosa de figuritas como Hugo Rodallega, en el lugar de hombres constantes como Luis Gabriel Rey.
Procesos incompletos que dan como resultado jugadores incompletos, o inexistentes: ¿qué pasó con la selección sub 20 tercera del mundo en el mundial de Emiratos Árabes 2003? ¿cuál es la repercusión verdadera de ser campeones de Copa América en 2001 si no se llega a la fase final de un mundial en las últimas dos ediciones? ¿Dónde vuelven a aparecer los "tinos", "pibes", "rincones" o "álvarez"? Muchas, muchas dudas, y estamos pegados al rosario para llegar a Sudáfrica. Este es un llamado de urgencia para el que alguna vez fue catalogado el mejor juego de conjunto del mundo: o despertamos, o estaremos lejos de todo lo que alguna vez logramos conseguir. Ya no hay Pibes, y se fue el Tino: tal vez sea hora de dejar de lado el toque para convertirlo en contundencia.
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FELICITACIONES,HE LEIDO ALGUNOS ARTICULOS Y PARECIERAN SER ESCRITOS X UN VIEJO EN ESO,Q EXCELENCIA, MUY BIEN MIJO DE ESA MANERA SIMPLEMENTE VAS A LLEGAR MAS ALLA DE DONDE PIENSAS. UN ABRAZO. TIO JAIRO.
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