lunes, 13 de julio de 2009
Un respiro para ver a México
Cuando la sanción a Javier Aguirre robaba la atención del país, apareció México y ganó 2 por 0 a la tímida selección de Guadalupe. Las cosas en su sitio, al menos por esta vez, y el vasco a las tribunas por 3 juegos.
Por: Andrés Achury G.
Hasta hace unos días, la Copa Oro había pasado a un segundo plano para México. Se había llevado un Tri alterno argumentando que el cupo a la Confederaciones no estaba en juego y sólo restaba luchar por el orgullo deportivo. Con el suceso de Aguirre y su patada, México era una olla de desaciertos y el temor por una clasificación a trompicones era evidente. Todo hasta el momento en que Torrado y Sabah clavaron los goles del triunfo mexicano el domingo y entonces, las voces de la crítica atenuaron su acostumbrada protesta al combinado nacional. Me tocó escuchar elogios a Carrillo por su comportamiento en el banco técnico y alusiones a la mejoría del grupo.
Mejoría, ténue y muy bienvenida. A México le llegó un respiro porque las tres fechas al vasco no lo pondrían en peligro para las eliminatorias, y la victoria frente a Guadalupe dejó otro sabor de boca. De nuevo al mismo punto de partida: no hay que dejar que al fútbol nacional se le mida con la regla del extremado resultadismo, y que se cambie de opinión tan rápido como el Tri cambia de ciudad en Estados Unidos. Las victorias en una Copa de Oro de bajísimo nivel no deben ser un espejismo frente a la actualidad deportiva de una selección que ni en un 30% conformará el 11 inicial del choque frente al combinado de las barras y las estrellas el próximo mes de agosto.
Con los pies en la tierra, se debe visualizar a la Copa Oro como un proceso de formación de los jugadores del medio local y su asimilación del juego de Aguirre, al que le falta todavía mucho por desarrollar. Si se alcanza la final de la Copa, si se llegara a ganar incluso; el mexicano deberá ser sensato y aceptar que en esta ocasión se está preparando un sistema de juego competitivo más que una selección nacional: se prepara un planteamiento más allá del énfasis en la individualidad. Ojalá las individualidades lleguen a agosto en buen nivel mientras se entrena por ellas, o el plan de Aguirre será otro para ese entonces...
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Efectivamente considero que esta copa de oro no es tan de oro, por el simple hecho de que Mèxico no se esta jugando el pase a la Confederaciones, pero deberìa de ser una maqueta que permita armar un esquema tàctico y eficaz para que el 12 de agosto se pueda ganar en el Azteca contra la selecciòn estadounidense, desafortunadamente, aunque estemos en cuartos, Mèxico no tiene un sistema de juego, se juega al balonazo, en pocas palabras, parece que la selecciòn en esta copa juega como si fuese una simple cascarita. Haiti no es un rival de temer, aunque por su temple puede sorprender, ojala que Mèxico màs que ganar, comienze a mostrar un sistema de juego y sobre todo que juege de una manera que agrade a la aficiòn.
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